
“Y dijo Dios: Hagamos al ser humano a nuestra imagen,
como semejanza nuestra, y manden en los peces del mar
y en las aves del cielo y en las bestias y en todas las alimañas
terrestres y en todos los reptiles que reptan por la tierra”.
Gen 1,26
Ficha Técnica:
Película: El Planeta de los Simios – Planet or the Apes (1968)
Dirigida por: Franklin J. Schaffner
Actores: Charlton Heston, Roddy McDowall, Kim Hunter, Linda Harrison.
Estudios: APJAC Productions y Twentieth Century Fox Film Corporation.
Duración: 112’
Censura: Apta para niños mayores de 12 años aunque definitivamente será mucho mejor apreciada por los adultos que por los pequeños.
Valoración: Un excelente clásico de la ciencia ficción que conjuga el buen maquillaje y efectos especiales de la época con un tema de reflexión filosófica del género de los futuros distópicos.
Breve Comentario:
Anoche decidí ver el clásico de ficción “El Planeta de los Simios” en su versión original de 1968. Confieso que en mi niñez ni la película ni la serie de televisión me gustaron, pero en esta nueva visión, como adulto, comprendí porqué: El Planeta de los Simios no es una película para niños, pues más allá de los maravillosos efectos (considerando la época) y las escenas de acción, los largos silencios y los diálogos algo difíciles pueden llegar a ser aburridos para los pequeños.
El Planeta de los Simios es una película para adultos, donde se tratan temas muy serios y complejos que, en los años sesenta, estaban de apogeo en la palestra mundial. Uno de estos temas es la segregación racial que se da entre los distintos tipos de simios, siendo los chimpancés los más perjudicados de la escala social, así lo asegura Cornelius cuando explica a Ziva porqué sus trabajos no son considerados de calidad aunque sí lo eran.
El tema central de la película parece ser la discusión entre la pseudociencia y la pseudofe. Recordemos que cuando se antepone el prefijo “pseudo” a cualquier palabra, éste quiere decir “falsa”. Todo enfrentamiento entre ciencia y fe es falso, pues si la primera es la manera natural de descubrir la razón de las cosas y la segunda es la manera divina de descubrir el sentido de las cosas, entonces entre ellas no puede existir oposición más que aparente. Así, cuando la ciencia se opone a la fe, o viceversa, una de las dos será falsa o al menos incompleta.
Y ese es el gran problema que se da en esta tierra donde la pseudofe de los simios es apoyada por una pseudociencia llena de magia y prohibiciones que impiden llegar a la verdad de la creación de estos seres por parte de Dios. El Dr. Zaius prohíbe a Cornelius seguir investigando sobre la evolución del simio y la existencia de unos antecesores humanos (incluyendo el eslabón perdido). Incluso niega todas las pruebas y lo hace para que los mandriles mantengan su estatus científico religioso.
No podemos negar que son muchas las similitudes que se presentan con respecto a la historia de la misma humanidad. Pero, gracias a Dios, hemos ido profundizando tanto en la ciencia como en la fe y hemos comprendido que en lugar de ser enemigas son complementarias para la realidad del ser humano.
Por último, este futuro no deseado para el hombre (de ahí el término distópico) nos permite reflexionar también sobre una sociedad donde un solo grupo se considera ciudadano, mientras que los derechos de todos los demás han sido eliminados al serle negado su reconocimiento como persona. Una reflexión no despreciable para el mundo donde vivimos.